Interstellar “El amor es lo único que trasciende el tiempo y el espacio”


Es complicado elegir el tema perfecto para un primer post, sobre todo cuando ya no es tu primera vez y quieres superar tus propias expectativas (refiriéndome específicamente a la redacción de textos). Sin embargo, hace unos días fui con un amigo al cine con la idea de ver alguna película capaz de entretenernos por un par de horas y comer algo de popcorn, pero ya he comprobado que en mi vida lo inesperado a demás de sorprender lo hace gratamente.

Es así como llegamos a ver Interstellar, película que me recomendaron y bastante promocionada por la crítica (debo admitir también que soy bastante fan de la astronomía). Pero sabía que probablemente vería una serie de efectos especiales, naves espaciales  y teorías bastante alejadas de la realidad. La crítica es variada ya sea por las actuaciones, el diálogo, la probabilidad e improbabilidad de los sucesos y comparándola con otras grandes producciones del pasado llegan a la conclusión de que no es perfecta sobre todo es sus conceptos, (seamos sinceros, en la actualidad, ¿qué es perfecto?) no nos hagamos preguntas subjetivas y a demás lo que menos quiero es dármelas de experta del cine, voy a hablarles ya que a veces soy algo cursilona y apasionada de la vida, de lo que realmente me gustó y aprecié de Interstellar: Su mensaje.

Se insiste continuamente en la importancia de la fuerza de la gravedad, y el amor, que no es algo que hayamos inventado, viene a ser la gravedad que atrae a las personas unas a otras, ese sentimiento, esa necesidad de estar con otros de nuestra misma especie, ese vínculo que nos hace seres humanos, ese faro que nos guía a través del vacío de la existencia, esa fuerza que nos motiva a superar todo tipo de fronteras y esa pasión que nos hace abrazar y propagar la vida aun sabiendo que estamos destinados a morir en ella. 


La ciencia está para explicar lo que desconocemos y el ser humano debe aprender a adaptarse para sobrevivir. Estas son ideas que se repiten en “Interstellar”. Y si quiere conocer la historia completa para sacar sus propias conclusiones entendiendo que no se trata de una película como “Una odisea del espacio” ni “Star Wars”, aunque encontrarás la misma idea de la supervivencia, de la extinción de nuestra raza, de lo poco que nos preocupamos por cuidar nuestro mundo y de lo mal que lo pasarán nuestras futuras generaciones,  vea la película. Porque es la primera vez que encuentro en éste género la combinación de dos mundos que me encantan: La astronomía y la poesía.

Es por eso que en vez de seguir cometiendo el error de darles detalles de Interstellar (sin antes decirle que tiene bastantes aciertos sobre la personalidad del ser humano y del pensamiento de nuestra humanidad), voy a compartir con ustedes un poema de Dylan Thomas que se repite en la película y que por su puesto a penas llegué a casa lo busqué, llamado: EN EL SUEÑO CAMPESTRE / IN COUNTRY SLEEP. Para muchos es complicado entender a Dylan y sabemos que ni él se entendía, pero debo admitir que es un maestro de la poesía y éste poema no es la excepción de su talento.

Pensarás que debí sólo publicar el poema, pero me pagan por cada palabra que escribo así que mientras más introducción mejor para mi (espero que para ustedes también). Y como lo dije anteriormente soy una apasionada de la vida, por lo cual no es complicado saber cuál fue mi parte favorita de esta película.


No entres dócil en esa dulce noche

No entres dócil en esa dulce noche:
debe arder la vejez y delirar al fin del día;
rabia, rabia contra la agonía de la luz.

Aunque sepa al morir que la tiniebla es justa,
porque sus palabras no relampaguearon el sabio
no entra dócil en esa dulce noche.

Tras la última ola el hombre honrado, clamando lo brillantes
que habrían bailado sus gestas pobres en las bahías verdes,
rabia, rabia contra la agonía de la luz.

El rebelde, que atrapó el sol cantándolo en su vuelo
pero aprende, tarde, que lloraba su paso,
no entra dócil en esa dulce noche.

El solemne, en su muerte, al ver con vista cegadora
que ojos ciegos podrían flamear como meteoros, alegres,
rabia, rabia contra la agonía de la luz.

Y tú, padre, allá en la altura triste,
con llanto feroz maldice, bendíceme ahora, te ruego.
No entres dócil en esa dulce noche.
Rabia, rabia contra la agonía de la luz.

(EN EL SUEÑO CAMPESTRE / IN COUNTRY SLEEP - Dylan Thomas)




Contexto.